20 de enero de 2009

Por si acaso

Roedvald, rey de los sajones del Este, había sido admitido, en Kent, al sacramento de la fe cristiana, pero, al regresar a su reino se dejó seducir por su mujer y por ciertos maestros abominables, que lo desviaron de la sinceridad de su fe y, así, en el mismo templo erigió un altar dedicado a Cristo y otro, mas chico, en que ofrecía victimas a los demonios (N. de T.: antiguas divinidades germánicas).


Beda el Venerable, Historia Elesiástica de la Nación Inglesa, II, 15

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