Leopardos irrumpen en el templo y beben hasta la última gota los cálices del sacrificio; esto sucede muchas veces; finalmente, se cuenta con ello y forma parte de la ceremonia.
Los cuervos afirman que un solo cuervo podría destruir los cielos. Indudablemente, así es, pero el hecho no prueba nada contra los cielos, porque los cielos no significan otra cosa que la imposibilidad de los cuervos.
Los perros de caza están jugando en el patio, pero la liebre no escapará, por velozmente que ahora esté huyendo por el bosque.
Les dieron a elegir entre ser reyes o correos de los reyes. Como niños, todos eligieron ser correos. Y así ahora hay muchos correos, se afanan por el mundo y, como no quedan reyes, se gritan sus insensatos y anticuados mensajes. Con alivio darían fin a sus vidas miserables, pero no se atreven, por el juramento profesional.
Franz Kafka, Reflexiones sobre el pecado, el dolor, la esperanza y el verdadero camino,1917-1919
10 de enero de 2009
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