17 de enero de 2009

Indie nacional emergente

El panorama de indie nacional está de enhorabuena, la creatividad fluye espontáneamente y se desborda, y aparecen múltiples y variadas propuestas que rompen con el muy visto prototipo de grupo indie patrio.


Russian Red

La madrileña Lourdes Hernández es quien se encuentra detrás de Russian Red (nombre que hace referencia a su color de pintalabios, topicazo que sale en todos los reportajes, y en éste también). Con sus apenas 23 años se ha convertido en una de las propuestas más interesantes del panorama nacional. Esto se debe al magnífico disco que ha visto la luz este año: I Love Your Glasses (2008, Eureka Records).

Su principal característica es su maravillosa voz, sobre la que recae todo el peso de sus canciones, dándolas un aire mágico y un sello personalísimo; y sobre la que giran sus melodías folk intimistas de gran belleza. Desde la atrapante Cigarettes con la que abre el disco, a la deliciosa Nice Thick Feathers, la más pop The Don´t Believe, la fantástica versión de Cyndi Lauper Girls Just Want To Have Fun o la preciosísima Just Like A Wall, por citar unas pocas de un disco sublime de principio a fin.

Ha pegado fuerte, y es que no tiene nada que envidiar a las grandes del folk internacional (Joanna Newson, Cat Power…). Es una suerte tenerla tan cerquita, esperemos que nos siga dando muchas alegrías.

http://www.myspace.com/russianready

Los Punsetes

Vienen de Madrid y aman a Eduard Punset. Han sacado lo que ha sido uno de los discos más agradablemente sorprendentes de la temporada. Ya hace años nos inquietaron con su canción El Bar Del Tanatorio: “El bar del tanatorio, no está en la guía del ocio, pero mañana podríamos quedar”. Tras 3 maquetas y un 7”, aparece por fin este año su primer disco LP (2008, Gramaciones Grabofónicas).

Sus letras maravillosamente ingeniosas juguetean con el morbo más sórdido de los humanos, como en Accidentes: “Tú eres de los que miran en los accidentes, te gusta ver el cuerpo descompuesto de la gente”; usan su querido tono burlón respecto a la publicidad en Fin Del Mundo: “La gente es tan feliz en los anuncios, sonríen como si fuera el fin del mundo”, o muestran su desconfianza pesimista sobre la vida en Lo Natural: “Lo natural es desconfiar, lo natural es que salga mal”; hacen alarde de su ligera misantropía en Querido Alberto: “No los conozco y los odio, mis odios no son exigentes, ya no soporto a la gente, si eres feliz eres deprimente”, o hacen gala de su humor macabro sobre el miedo de una chica a subirse al coche de un desconocido por la noche en su gran hit Pinta de Tarao.

Todo esto se esconde detrás de unas guitarras que suenan underground e imperfectas, en la línea de la voz de su cantante, Ariadna, que con su tono “feliz” y desenfadado nos canta sobre cosas terribles y comunes. Convencionalmente no se puede decir que tenga buena voz -si quieres oír grajear “bien” a alguien ve los programas de karaoke de la televisión (OT, Factor X, etc) y vomita después en el retrete-, pero esa forma “poco seria” de cantar forma parte de la idiosincrasia del proyecto, que, indagando con gran visión irónica sobre la realidad en nuestro lado más oscuro, apuesta por quitar trascendencia a lo intrascendentes que somos.

http://www.myspace.com/lospunsetes

Puedes descargar el disco gratis en su web: http://www.lospunsetes.com/

Charades

Charades nos regala en su 2º disco, En Ningún Lugar (2008, B Core), esta vez en castellano, 10 temas pop redondos y pegadizos, en los que nos inmiscuyen en un mundo particular, absolutamente fresco, en el que buscar el equilibrio entre el desencanto y anhelos del pasado (“No dejaré que el pasado recuerde lo que pude ser” cantan en La Máquina Del Tiempo) y el vitalismo de un presente que acontece en paisajes sugestivos, tales como atardeceres entre la hierba, entre las olas o dormid@s bajo el mar, en unas canciones que, a pesar de su puntual melancolía, parece que se desarrollan siempre en pleno florecer primaveral.

Y es que rodearse de las sensaciones que la naturaleza ofrece es una buena forma para la búsqueda del autoconocimiento personal, tema sobre el que vira todo el disco, así como de la soledad requerida para este fin. La superación de pérdidas (“Lentamente he dibujado sobre tu tumba un corazón”, tal vez metafórico, en La Carta) o la necesidad de aislarse de la ciudad, ya sea física o mentalmente, con drogas o sin ellas, son otras de las temáticas que se perciben en sus letras, en las que ronda siempre una espiritualidad cotidiana no afectada y espontánea que surge para mantener bien vivos los cinco sentidos. Y después de ese viaje, nada mejor que romper con el pasado y empezar de cero, que es lo que vienen a decir con la canción que cierra el disco Hanna Arendt: “Si sientes que no queda nada, que se apaga, solo cámbialo”

Si alguien buscaba la fórmula metafísica de la canción pop (viva la exageración), Charades la encontraron en este disco, lleno de hits y de canciones bailables (Siete, En Ningún Lugar…) y magníficamente envuelto por abundantes y sugerentes coros femeninos para darle al disco la perfecta dulzura juvenil que busca algo mejor.

10 temas muy disfrutables y una duración total de 25 minutos; corto pero intenso, un gran soplo de aire fresco que meter a tu vida para seguir caminando hacia ningún lugar.


http://www.myspace.com/lascharades

Kaliayev

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