15 de enero de 2009

Hacía ya un tiempo que tenía en mis manos un ejemplar de la Velocípedo, revista de la que había oído hablar bastante en las últimas semanas, pero la incapacidad de buscar más tiempo que dedicar a la lectura no me había permitido leerla desde su publicación, así que decidí acomodarla en un pequeño hueco de mi bolso y llevarla a tierras portuguesas, donde disfruté de su compañía en uno de los recovecos que encontramos en la pequeña isla de San Miguel, al lado de una refrescante cerveza, a la que poder descubrir sus beneficios.


Penny Lane

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