13 de enero de 2009

Estimados compañeros:

Parece que este año va a estar muy difícil tener una buena fiesta de químicas, y el panorama pinta igual para la fiesta de la politécnica. Desde mi humildad como simple miembro de la comisión de fiestas de la politécnica, declaro las siguientes verdades evidentes:

-Las fiestas de químicas y las de la politécnica son un regalo de los alumnos de último año a toda la ciudad, con los mejores deseos, para devolver a la ciudad que nos acogió para estudiar una pequeña parte de todos los buenos momentos que aquí hemos pasado. El fin no es sacar dinero, quiero recordar que los dos últimos años de politécnica la comisión tuvo que poner dinero de su parte para dejar las cuentas a cero (por ejemplo, montar la carpa cuesta 6000€, más ambulancia, WCs, sonido, etc. = RUINA GENERAL).

-Cada uno es responsable de beber lo que considere oportuno, y todos sabemos que el que se bebe hasta el agua de los floreros lo hace en la politécnica y en cualquier parte del mundo. Para el que sin querer tenga una "buena noche", en la politécnica la ambulancia está a 10 metros, mientras que en cualquier otro sitio puede que no llegue a tiempo.

-La concentración de basura en el interior la limpiamos nosotros, como libre ejercicio de la profesión; y repito que sin ánimo de lucro. La suciedad de la zona adyacente al recinto, "generada" por miles de vecinos de la ciudad (o sea, parroquianos del consistorio), podría ser fácilmente solventada con una participación más activa del ayuntamiento, simplemente habilitando contenedores para ese día.

-Las quejas vecinales por exceso de ruido son bastante exageradas. Son sólo 2 días al año y recogemos el campamento a las 3 de la mañana. Cualquier verbena de las de ahora está hasta el amanecer, y hay verbenas (fiestas de barrios) y conciertos por todo Burgos durante todo el año.

-Dicen que va en contra de la ordenanza municipal sobre prevención de consumo de alcohol. Lo que va es en contra de un evento que permite el diálogo de gente de diferentes clases y grupos sociales, de diferentes carreras y diferentes ciudades, que nos hace ver que no somos tan diferentes, y que en cualquier otro sitio jamás habríamos coincidido.

-El alcohol no es la razón, la razón es que les molesta que haya jóvenes comprometidos, con capacidad de soñar y crear, capaces de organizar eventos por sí mismos. ¿Tienen miedo de que un grupo de jóvenes organice un baile como culminación de sus estudios? Da la casualidad de que los químicos e ingenieros, si han conseguido llegar al último año de una carrera tan dura, no es porque han estado bebiéndose hasta el agua de los floreros.

-Mi último recuerdo va a ser una fiesta con mis compañeros, y me gustaría que la universidad en la que estudié y la ciudad en la que lo hice participen de forma activa, en lo que debería ser uno de los días más felices de nuestra vida.

-Como yo, cientos de personas expresan esta misma opinión. Quedando abierto al diálogo, admitiendo cualquier sugerencia, y esperando cualquier solución que satisfaga a la comisión, a la universidad, al ayuntamiento y a los vecinos, atentamente: Fer.

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