23 de mayo de 2008

Los dos conejos

Por entre unas matas
seguido de perros
(no diré corría)
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: “Tente,
amigo, ¿qué es esto?”
- ¿Qué ha de ser?, responde,
sin aliento llego…
dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.
- Sí, replica el otro.
Por allí los veo…
Pero no son galgos.
- ¿Pues qué son? – Podencos.
- Qué, ¿podencos dices?
- Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos.
Bien visto lo tengo.
- Son podencos; vaya,
bien visto lo tengo.
Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso.
- Son galgos, te digo.
- Digo que podencos.
En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.

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