28 de mayo de 2008

Contraminación: graffitis y maderos de brazos cruzados

Todos hemos escuchado cuentos de hadas donde miserias humanas con espada luchan contra monstruosos dragones y hordas muy heavis en los que además de salir victoriosos les espera una señorita o princesa (es decir, señorita con perras), doncella (virgen), encima de una cama en una torreta en el culo del mundo. Leyendas de ensueño muchachos; pero de vez en cuando nos encontramos con realidades, como en esta ocasión, mis queridos lectores, en las que me quito el sombrero.

Los hechos se desenvuelven en Sao Paulo. Nuestro protagonista de la historia: el artista Alexandre Orión, y su lucha. Sobre los altos niveles de polución de esta megapolis de 11 millones de personas, donde la mala gestión del transporte público hacen que el automóvil sea el principal medio de transporte, el grafitero paulista se dedica a reproducir lindas calaveras a lo largo y ancho de un túnel, llegando a decorar la superficie de 160 metros antes de que los malos llegasen a la escena del crimen.

Pero ¡¿quién ha dicho crimen?! Hoy por hoy, la legislación dice, muy claramente, que deteriorar los bienes comunes y públicos es delito, y los órganos públicos deciden que pintar en un bien público como un túnel es deteriorarlo; ¡bien!, hasta ahí, casi nadie de acuerdo, pero volviendo al meollo de la cuestión, nuestros queridos pasmarotas no pudieron poner en disposición judicial a nuestro campeón, ¿por qué?, sencillamente porque el “amo” no estaba pintando calaveras blancas sobre un túnel negro, sino que en un túnel blanco lleno de porquería y contaminación fue limpiando mierda hasta conseguir la apariencia de calaveras. Limpiar todavía no es delito. Para detener a nuestro héroe y borrar su obra, las autoridades responsables de la ciudad decidieron limpiar esa porción de túnel, por lo que nuestro intrépido amigo continuó “limpiando” 120 metros de túnel que seguidamente decidieron también lavarlo, pero esta vez limpiaron también el resto de los túneles de la ciudad. No os pongáis tristes muchachos, al cabo de pocas semanas los túneles estaban perfectamente preparados para repetir la hazaña.


El proceso ha servido como arte y como ejemplo de manifestación pacífica, recibe el nombre de Ossario, que junto a su anterior trabajo, Metabiótica, han recibido numerosos halagos del público neoyorquino y europeo.

Mas información: alexandreorion.com


Escrito por: Luis Angel Chaves Hernando

2 comentarios:

Mefistófeles dijo...

Muy buena la iniciativa. Es importante encontrar formas expresivas alternativas: la imaginación, a partir de un buen encauzamiento, es fuente de arte a raudales (sirva esta sección de ejemplo). Además está bien encontrarle la trampa al sistema, siempre que no se dañe a personas buenas.
Estoy expectante ante la próxima sección de "Artimaña".

P! ... dijo...

Todas estas obras han recibido muy buena critica por parte del publico, aquí tenemos una nueva variante urbana del arte. Encontrareis informacion mas detallada en la revista digital velocipedo.