22 de mayo de 2008

Cedro del Líbano. Eternidad.

El cedro del líbano casi ha desaparecido de las montañas libanesas, parece como si la historia quisiera dejar patente el maltrato no sólo al árbol sino a la región que representa. Como hoy en día, la disputa entre los pueblos de toda esa región tuvo, aparte de las pérdidas humanas, una víctima incontestable: los Cedros. Un árbol tan grande, perenne, y de excelente e incorruptible madera, sólo podía ser un símbolo de grandeza, nobleza y eternidad, siendo estas cualidades las quehicieron su madera tan apreciadas.

Ya aparece en la Biblia que David, el de Goliat, hizo construirse un templo, pero Dios, que había contemplado el baño de sangre se lo prohibió, diciéndole: "El hijo tuyo, que yo pondré en tu trono, ése edificará el Templo a mi nombre”. El hijo, Salomón ordenó “que se me corten cedros del Líbano” para construirlo: “se recubrió los veinte codos de la parte posterior del Templo con planchas de cedros, desde el suelo hasta las vigas. De cedro era todo el interior del edificio. Todo era cedro. Nada de piedra se veía.” (1 Reyes 6,16-18). Este es el mítico Templo de Jerusalén del que sólo sobrevive el Muro de las Lamentaciones.

Pero no dejemos de lado a Salomón, porque además de sus acciones de beneficiencia (dígase incidente de las madres y el niño a partir en dos) como político que era y tras no quedarse a gusto con el Templo, se mandó edificar unu chalé utilizando tanta madera de cedro que el nuevo palacio se conoció como “el bosque del Líbano” : “Edificó pues, durante trece años, el palacio, "Bosque del Líbano",…sostenido sobre cuatro hileras de columnas de cedro, en las que se apoyaban vigas de cedro y un techado de cedro también”. Y aunque parece que los desmanes contra este árbol se repitieron sucesivamente por fenicios, griegos y romanos incluso para construir esas embarcacio- nes, las galeras, que tanta gracia nos hacen a los que somos de secano, sus consecuencias quedaron más silenciadas.

Pero volvemos a Burgos, acercándonos al cedro del Líbano de nuestra ciudad, sito en la avenida Reyes Católicos junto al río Vena y… cosas de la vida, frente al nuevo edificio de Juzgados. Desde el otro lado de la calle se alza indiferente a lo que ocurra en ese flamante edificio, porque ya sabe mucho, por sufrida experiencia con el hombre, sobre los errores de juicio humanos, las huelgas y retrasos de la conciencia humana…

Y así se quedará abstraído mirando al río pasar, otros mil años si dios….¡No! Un cedro del Líbano no encomienda su futuro ni a los dioses, porque él, que en nombre de tantos ha sido matado, es el primer ateo en Tierra Santa.

Jaime Gaona

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