9 de octubre de 2008

Capítulo VIII: La rebelión de los bosques

Paso un tiempo, el país estaba sumido en el caos, nada era como antes. El bosque estaba casi arrasado por su desmedida explotación, “Los Enanos” habían agotado ya su mina y los resultados eran dantescos, ni un árbol en hectáreas, y los recursos agrícolas y ganaderos habían emigrado. Los habitantes del país consideraban que habían sido robados y que era culpa del mal gobierno. Además ya se conocían varias leyendas referentes a la traición sufrida por la reina, y esto no hacía más que avivar la cólera de los ciudadanos. Algunos animales del bosque habían sido obligados a buscar otras tierras para vivir, otros, los más belicosos, permanecían allí con sed de venganza y los más pusilánimes esperaban la muerte en sus guaridas.

Sin comida, sin esperanza, sin nada que perder comenzó la sedición. Primero los propios empleados del palacio comenzaron a sacar de allí todas las provisiones aviadas para los reyes, ahora y por propio interés de ella, Felón y Blancanieves, y a repartirlas según las necesidades de cada uno. Luego todos los habitantes que quedaban en el país entraron violentamente en el palacio dando busca y captura a los reyes, los cuales fueron ejecutados esa misma noche de la forma más cruel que se pueda imaginar. El alma de deidad de Blancanieves se perdió para siempre, debido a que ignoraba tal virtud y su carácter esteta no la dejaba ver más allá de lo puramente material.

“Los Enanos” estaban aterrados, sabían que ellos serían los siguientes como culpables que eran de la catástrofe, y debido también a la buena hacienda que poseían. Además, ya habían tenido la primera baja: Dormilón, ante la falta de ajenjo u otras plantas para destilar su alcohol, cayó en una espiral de dolor a causa del mono etílico, hasta tal extremo que el delirium tremens lo mató. El resto de los hermanos decidieron huir mientras pudieran.

Las escasas familias que no huyeron del lugar formaron una república organizada en falansterios y dispuesta a subsistir.

Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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