4 de febrero de 2009

-Muerto en vida- (6ª Entrega)

Miércoles, 25 de octubre de 1995, Santiago de Compostela (5ª Parte)

¡Joder! Vaya paseíto. Las cuatro y media y yo sin comer. Voy a morir de inanición…
Después de una bonita singladura por el Casco Viejo y la Ciudad Universitaria, por fin llego a mi destino.

Meqqqq, meqqqq.-Puto timbre, parece un díptero mutante.
- Sí…
- Soy Charly, ya he llegado.
- Ya era hora.
- Es que he tenido que parar a repostar.-Aire, por que otra cosa…
- Sube.
Bringgg…

Me acerco al ascensor, y resulta que esta fuera de servicio… Conclusión: que trabaje el hombre. Las máquinas están contra nosotros, es la invasión, la subversión de la dominancia, la hégira comenzará cuando nos domeñen y seamos esclavos o abono.
Subo a pie…
Y a mano…
Y como las sierpes…
En las postrimerías de mi ascensión, a altitudes en que cuesta respirar y otear es hermoso, cuando la vista se nubla y la cumbre está cerca, tengo una visión: un ángel me abre la puerta del cielo… Allí me espera, en el dintel, para enseñarme las mieles del éxito, la muerte levítica.
En realidad llego vivo, lamentablemente.

- ¡Uf! Hola María.-Ella me espera a la puerta de su casa.
- ¿Estás bien?
- No, pero creía que estaría peor. Debo tener buena salud para no haber dejado este mundo ya.
- Pasa, anda…
- Gracias.

Qué amable (!). Me coge el gabán. Me invita a darme una ducha, que no me doy. Me da de comer…

- Es lo mejor comer a mesa puesta. Hace mucho que no lo experimentaba.
- Yo tengo la suerte de vivir con mis padres. No están, por eso le he permitido venir a comer. Ellos no saben nada de usted; me entiende…
- Sí, claro.

Tras un silencio incómodo en el cual ella no está –sus ojos viajan perdidos-, le doy mi opinión como gourmet:

- Está todo buenísimo.-Se me queda mirando como si estubiera loco; la verdad es que un poco sí lo estoy, pero lo disimulo bien.
- Gracias… Perdone que este así, pero no puedo…
- Tranquila, y tutéeme por favor.
- No sé si podré pagarte, quizá deberías dejar el… la situación.
- La situación, como dices, no está nada clara. Huele a gato encerrado. Y por lo de mis honorarios… no se preocupe: lo que puedas darme estará bien.
- En serio (!)… Gracias, Charly.
- Muchas veces se dice.–En las facciones de María aparece un gesto contrariado-. ¡Huy!, perdón, es la costumbre.
- Nada.
- ¿Te puedo hacer unas preguntas?
- Claro.
- A ver… Dices que el chaval era vegetariano… Tú, ¿le viste alguna vez hacer algo fuera de lo normal, algo que no se ajustara a la imagen que tenías de él?
- No, aparte siempre era muy correcto, y Lara siempre decía que le gustaba porque era muy integro, justo y apasionado con sus ideales.
- Nada raro entonces… Y… ¿había algo que estorbara esa “paz de espíritu”?, me refiero a la paz de los dos: la relación, vamos.
- No sé. Desde que estaba con él yo la veía menos, pero… estaba hasta los huevos de un tipo con el que salió justo antes. Era japonés, creo. No paraba de llamarla y escribirla… Bueno, el caso es que hacía tiempo que ya no la molestaba, fue sólo al comienzo de la relación con Aleixo; además ella no sabía si volver con él o no, quizá hasta le gustaba verse acosada. Aparte de eso…, no sé, tenían broncas de vez en cuando. Ella estaba muy solicitada, la verdad; y él estaba más pendiente de sus cosas…
- ¿Solicitada? Te refieres a otros chicos…
- Sí, pero ella no les hacía caso. Alguno la llamaba por teléfono y esas cosas…
- Sabes quién, por ejemplo.
- No.
- … ¿Los padres de ellos sabían que estaban juntos?
- Los de ella no…, creo que son de León; además… llevaban poco, pero los de él sí que lo debían saber, ya que iban a veces a comer a su casa. Pero se llevaban muy bien, si es lo que quieres saber.
- No lo entiendo, no parece haber nada raro. Pero… ¿tenían enemigos o alguien que les mirara mal?
- No que yo sepa. Caían bien yo creo. Aunque ahora que lo dices… Hacía unos días que le preocupaba algo a Lara. Algo relacionado con su padre. Me dijo que le habían llegado amenazas, por teléfono y por carta; debía de tratarse de algún asunto sucio de su viejo. Éste debe ser algo importante en una central nuclear de esas… Ella no trataba mucho con su padre. Me dijo que lo que querían era presionarle y por eso la asustaban, para que fuera con la movida al viejo. Ella pasó, aunque algún día sí que la vi alterada.
- Joder… (…)

Le di las gracias por alimentarme –fueron de las mejores viandas que he probado, casi ambrosía- y la apercibí de que no estaba todo dicho en este asunto, pero que lo mejor que podía hacer es mantenerse tranquila y ajena a él. Dejarlo en mis manos no es ningún error… o sí (?).

(…)



Escrito y pergeñado por: D.C.O.
Narrado por: C.G.S.

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