2 de febrero de 2009

Disyuntiva del decúbito

A poco de irme a la cama escribo estas líneas. Para expresar lo que voy a vivir. Algo muy interiorizado; inconsciente, instintivo…, vital. / Todos tenemos unas pautas propias para todo, incluso para dormir, que es a lo que quiero referirme. / El decúbito es la posición del descanso, del reposo; la única forma de reparar todo el trasiego diurno. Somos animales soñolientos, como todos, supongo; pero lo bueno es que cada noche nos acompaña una cama, un colchón, y con menos suerte, en este primer mundo, un jergón. Lo que sigue al acostarnos es una serie de movimientos automatizados destinados a establecer el sueño. Es curioso observar que todos los días el proceso es similar, aunque la disyuntiva surge y prende, inconsciente la mayoría del tiempo, en una alternancia irrepetible, como las fases del sueño:

1. Decúbito supino. Reflexión diaria: inquietudes, pensamientos añejos, expectativas próximas o lejanas, recuerdos…
2. Decúbito lateral izquierdo. No lo sé a ciencia cierta pero le creo distinto psicológicamente a su opuesto. Os preguntaréis por qué. Lisa y llanamente porque supone una elección, inconsciente pero fundada.
3. Decúbito lateral derecho. En ambas posiciones de seguridad mis alucinaciones hipnagógicas se van amoldando, apareciendo y desapareciendo como escaleras mecánicas, en su camino hacia sueños plácidos o desagradables.
4. Decúbito prono. Finalmente llega la posición dilecta y el sueño.
5. Quién sabe qué posiciones me depararán los sueños...

Lo dicho, a descansar. Buenas noches a todos aquellos que no duerman de pie…, o de rodillas.

Anónimo

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