18 de enero de 2009

Gorra y bastón

Desde que cubro mi calva con una gorra y apoyo mi peso en un bastón lo único que hago durante el día es observar a los operarios municipales trastocar el paisaje de mi amado Burgos, pueblo mío y de mis padres. En varias ocasiones me he interrogado sobre la razón de este impulso tan enigmático, y común, por otro lado, entre los de mi gremio. En seguida me viene a la cabeza, como tajante respuesta, que a falta de cambios en mi vida, estudio los cambios que se producen a mi alrededor; lo que viene siendo, lisa y llanamente, aburrimiento…

Anónimo

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