11 de marzo de 2009

Historia, sociedad y marihuana


Al igual que ocurre con la cerveza (tema del número anterior de la revista), el hombre camina de la mano de la planta del cannabis desde tiempos inmemorables. Estudios arqueológicos demuestran que aproximadamente en el 8.000 a.C. el cáñamo (la marihuana en sus diferentes variantes, en este caso el macho) era cultivado para elaborar tejidos. La primera referencia escrita sobre el cannabis (en este caso el fruto de la hembra) data del año 2.700 a.C., donde Shen Nung, escritor chino, afirma que “es un remedio efectivo para paliar dolores femeninos, gota, reuma, estreñimiento, malaria, gripe, desmayos y cólicos, además de un medio para comunicarse con los espíritus y aligerar el cuerpo”.

En el 1.500 a.C. llega a Europa y en el 1.000 a.C. los chinos fabrican papel con cáñamo. Avanzando unos siglos en el tiempo encontramos que en la Grecia clásica es un importante medicamento, las semillas son usadas contra las inflamaciones; también como laxantes, como reconstituyentes y para purgar los gusanos a los recién nacidos. El aceite extraído se usaba como tónico para el cabello y contra el envenenamiento del azufre. Además empleaban el jugo fresco de las hojas para combatir la picadura del escorpión. Sus fibras, para fabricar cuerda y tejidos. Incluso era consumida por filósofos para favorecer el pensamiento introspectivo. En la roma clásica sus flores servían como socializador en reuniones y fiestas, y en la religión védica (India) se la denominó “fuente de felicidad y vida”. A partir del siglo V, en los países árabes, los doctores la recetaban en sus prescripciones médicas, y en el Congo se empieza a venerar como planta divina sólo apta para líderes étnicos. Llegando al final de la Edad Media en Europa, la inquisición -con “sede” en España- la prohíbe, pero permite su utilización en tejidos, papel y cuerdas. En 1492 Cristóbal Colón llega a América con 500 toneladas de cáñamo usadas en las cuerdas. En 1545 se introduce en América, y en 1619 se promulga un decreto de ley en James Town (Virginia, EEUU) en la que se obliga a todos los granjeros a cultivar semillas de cáñamo para comercializar con los ingleses hasta principios de 1800. En 1750 Benjamin Franklin pone en marcha la primera fábrica de papel de cáñamo, pudiendo editar así su propio periódico, independiente de Europa. En 1776 se declara la independencia americana y es testada en papel de cáñamo. Washington y Jefferson aluden al cannabis como necesidad y animan a cultivarla en lugar del tabaco. Durante este siglo y el posterior es legal, y artistas e intelectuales hacían uso de ella: Bodelaire, Delacroix, Rimbaud, Balzac… Para conocer cuando empezó a estar fuera de la ley y ser perseguida nos remontamos a principios del siglo XX. Pancho Villa arrebató 800.000 acres de tierra de cultivo de cáñamo de México a Randolph Hears (multimillonario magnate yanqui de la prensa y los negocios ), el cual comienza una cruzada en sus innumerables periódicos con una sola teoría: “los mexicanos y negros cuando fuman marihuana se vuelven bestias salvajes”. Sus campañas tuvieron un peso tan decisivo que terminó siendo prohibida. Detrás de esta afirmación, como siempre, se encuentra el motivo económico, ya que Randolph poseía grandes cultivos de algodón (competidor del cáñamo en la industria textil) y no le interesaba que México tuviera su propia industria del cáñamo. Desde entonces y “gracias” a la política exterior estadounidense se prohíbe en todo el mundo.
En las ultimas décadas la visión social de la marihuana a cambiado:
-De los ‘30 a los ‘50 se la relaciona con minorías sociales y con la violencia.
-En los ‘60 se identifica con la contracultura hippy y todo lo antipatriota.
-En los ‘70 con ideologías de izquierdas y universitarios.
-En los ‘80 con la “explosión” del Punk y se le llama “la puerta a otras drogas” (heroína y cocaína), lo cual favoreció su alarmismo social.
-En los ‘90 empieza a haber un consumo más diversificado y abarca todas las clases sociales.

Los beneficios de la marihuana para con la sociedad son innumerables, entre los más conocidos está su uso como bronquio-dilatador (ayuda a gente con asma). También es buena contra la espasticidad causada por la esclerosis múltiple, así como contra lesiones de medula espinal; para lenificar el dolor, la parestesia, los temblores, la migraña, enfermedades musculo-esqueléticas, enfermedad de Crohn, epilepsia; ayuda a bulímicos y anoréxicos; e, igual la más importante en nuestros días, ayuda a pasar el mal trago de la quimioterapia… Asimismo nos podría ayudar a cuidar el medio ambiente, ya que el papel de cáñamo es tan bueno como el actual, la diferencia es que no habría que talar árboles; aparte sería una fuente de trabajo en el campo, pero claro eso es otro tema.

Sin embargo no es oro todo lo que reluce, entre tanto beneficio no nos podemos olvidar de su parte perjudicial: pérdida de memoria a corto plazo, deterioro de la capacidad de aprendizaje (el famoso abandono escolar) y a largo plazo acentúa diferentes patologías, como la esquizofrenia, trastornos de conducta, de ansiedad y mentales, depresión, psicosis; ah, tampoco hay que olvidarse de perjuicios sociales, como el narcotráfico.

A la vista de los datos y siguiendo un poco la historia, esta “droga blanda” ha convivido con el hombre, y lo seguirá haciendo. El hecho de que sea ilegal lo único que promueve son mafias de narcotráfico, gasto en despliegue policial y adictos que lo probaron la primera vez por la subida de adrenalina al hacer algo ilegal (sobre todo con 14-15 años). De esto último, el mejor ejemplo es Holanda. En el 2ooo, en España, por cada millón de personas, 900 eran consumidores habituales, mientras que en Holanda sólo 90 por cada millón. Ahora ya que cada uno piense lo que quiera... Hoy en día nos intentan convencer de que la marihuana es una droga tan perjudicial como la cocaína, intentando así asemejar su imagen; pero esto ya lo explicaremos...
K-NO

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