21 de abril de 2009

-Muerto en vida- (11ª Entrega)

Jueves, 26 de octubre de 1995, Santiago de Compostela

Otra noche menos…
Hoy me he despertado con el pie bueno, es decir, con ninguno, parecían muertos. No tenía que haberme quedado pensando y bebiendo whisky hasta las mil. Es horrible despertarse. Todo movimiento duele, todo pensamiento mata. El suelo está húmedo y mi aliento apesta, hasta la hiel quiere huir de mi ajado estómago… Voy al baño, la naturaleza me ayuda a descargar mi andorga. Se me saltan las lágrimas de la emoción…

La luz entra a ráfagas, las nubes me saludan.
Me visto, cojo mis “aperos”, me tomo dos alka-seltzer y me voy. Las 14.45. Bajo las escaleras. Hace mucho que no escudriño el buzón, igual ahora es el momento, aunque las mañanas nunca fueron buenas ni serán mejores. Lo abro, una sola carta, remitente de Burgos… La tiro, tras hacerla pedazos, en el cubo de la propaganda rechazada; ni siquiera la leo, para qué… La cobardía es el peor enemigo de la libertad, pero yo ya no soy libre, estoy condenado, la mente es mi presidio y la muerte mi liberación…

La calle huele bien, qué raro, a saber de dónde viene este flagrante hálito. ¡Mierda, no tengo un duro! Y qué como yo ahora (?)… Odio ser un ruinas… Voy al Casa Pepe, a vivir de la caridad… Pepín me alimenta generosamente. Qué buenos sus cachelos con pimentón (!). Es un gran tipo, nunca me obliga a liquidar mi cuenta. No entiendo cómo confía en mí, aunque está claro que se lo devolveré, y no sólo materialmente. Es bonito ver que todavía queda gente buena en el mundo. Ambrosía en mi estómago y salgo a la calle. Paseo… (…)

Como dijo un buen amigo mío, aunque refiriéndose a temas más científicos: “todo lo que vemos está en el pasado”. La vida son recuerdos, por eso sé que no quiero vivir… (…)

Ahora que me veo con fuerzas, hay que actuar. Me acerco a una cabina telefónica, saco mi agenda, introduzco cinco duros que me he encontrado “esta mañana” y marco…

- ¿Sí?
- Hola, buenas, ¿Breixo?
- Sí, soy yo.
- Mire, soy Carlos Gutiérrez, detective privado. Desearía hablar con usted sobre el crimen de Conxo. Si quiere podemos quedar esta tarde.
- Pero… ya hablé con la policía sobre el tema.
- Sí, pero yo no soy la policía.
- … Bueno, vale. Tengo poco tiempo, así que si eso podemos vernos en el Universitario a las cinco, ¿le parece bien?
- Vale, pero… ¿dónde está ese Universitario?
- En el Campus Norte, al lado del Parque da Música. ¿Ya?
- … Da, hasta luego (simpático).
- Ata logo.-Joder que tipo, cuando ha dicho “ya” he pensado en decirle ¡ya-ba-da-ba-dú!

Vuelvo a casa. Me echaré un poco la siesta. Aunque sin despertador…

(…)


Escrito y pergeñado por Diego Castrillo Ortega
Narrado por Carlos Gutiérrez Santamaría

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